Para negociar la relación
comercial entre México y Estados Unidos
Salvo por extrañas excepciones,
el gobierno de México tiene una larga historia de sumisión con los Estados
Unidos por una razón de fondo; nuestra clase gobernante siempre está más
ocupada en conseguir negocios personales o gremiales para sus bolsillos y los de
sus amigos, que en el beneficio de los mexicanos y de sus
instituciones.
El caso inminente de hoy no es
una excepción; de hecho es mucho más riesgoso porque nos enfrentamos a un sujeto
que tiene una inteligencia emocional y una preparación intelectual e
informativa de un ignorante estudiante malcriado de primaria, que se medirá un equipo del
gobierno encabezado por un grupo de ególatras también ignorantes con vocación
de saqueadores sin consciencia de la realidad que vive el país.
El escenario no puede ser más
desfavorable en función de sus participantes, pero no sería tan dramático si
este gobierno mexicano, mediocre, débil, inconsciente y sin calidad moral entendiera que
la posición negociadora de México presenta bastantes más ventajas de las que se
piensa para acorralar al chivo en cristalería que ocupa la Casa Blanca (la de
Washington).
Trump ha empezado a tomar medidas
ridículas que más que dañar de golpe a la
débil economía mexicana que han malgestionado los ineptos funcionarios mexicanos,
son estrategias de publicidad terrorista.
Sus primeras acciones han sido
amenazar a las armadoras de autos y auto partes instaladas en México, principal fuente de ingresos del país en productos manufactureros, con incrementos de aranceles que pueden
revertir la conveniencia de su permanencia en este país, tratando de obligarlas a
mudar sus operaciones a territorio americano. Aunque sólo una accedió este
capricho (Ford) y otra está en el coqueteo (Chevrolet), todas las demás no lo
tomaron en cuenta; sin embargo, la respuesta sólo de Ford tiró sustancialmente la cotización
del peso en un día.
Ya comenzó su política, o
motivación por llamarle de alguna forma, de rechazar productos perecederos en
la frontera, como el aguacate Jalisciense.
Ya presumió, como auténtica bala
perdida en las relaciones internacionales, que empieza de inmediato a construir el muro
de la frontera, por demás medida inútil e infantil pero muy publicitaria.
Ya dijo que intensificará las
deportaciones, aunque por ahora se concentrará en inmigrantes ilegales con
antecedentes penales.
Pues bien, TLC o no, este es el
momento de que alguien en el gobierno mexicano haya hecho su tarea y tenga los
pantalones que se requieren para hablar fuerte y claro a la administración
Trump, empezando por su yerno a quien va a mandar a “negociar” el TLC, para
ENFRENTAR AL DICTADOR, dejar de halagarlo
y explicarle con manzanas las cosas que su profunda ignorancia y ligereza no le permiten
comprender al cerebro de un desarrollador inmobiliario tramposo como Trump.
Para empezar, se le dice al yerno que le comunique a su suegro lo siguiente:
1. Si
tu no cancelas tu estrategia de amenazas a las empresas instaladas en México con imponerles aranceles adicionales para
que sus productos crucen tu frontera, yo (México) mañana
mismo hago un trato de condonación de impuestos compensatorio con todas esas empresas a cambio de que incremente sustancialmente los sueldos y prestaciones laborales de los empleados mexicanos y les ofrezco las mejores condiciones tributarias para su expansión ilimitada dentro México. Además, cancelo todos mis contratos de compra de gasolina con los Estados
Unidos (que representan el 62% de nuestro consumo interno), hundo en una crisis
laboral profunda a tu economía petrolera de Texas y me voy a comprar a otra
parte. Te cancelo también todas las ventas de petróleo y gas natural que hacemos a tu país para que
tengas que comprar en otro lado pagando precios más altos de transporte.
2. Si
tu no cancelas tu estrategia de prohibir la entrada de productos mexicanos a tu
país, yo (México), mañana mismo
retiro los 46 billones de dólares que tengo invertidos de mis reservas internacionales
en bonos de tu gobierno, los cambio a Yuanes, Francos Suizos o cacahuates garapiñados y negocio con
China y otros países “que te quieren mucho” para que hagan lo mismo, y a la
larga termines con un dólar que valga, si te va bien, la mitad de su cotización actual en el mercado internacional,
3. Si
tú no cancelas la decisión inútil, impráctica y estúpida de construir un muro
en la frontera yo (México), mañana
mismo cancelo todas las restricciones que tengo para que cualquiera en el mundo consiga una Visa Mexicana y corras un enorme riesgo de recibir de este lado de
la frontera a una cantidad indeterminada de sujetos indeseables que pueden
terminar poniendo en serio riesgo tu seguridad nacional, a pesar del muro.
4. Si
tu continúas con tu política y tu publicidad de deportaciones indiscriminadas
contra mexicanos yo (México), mañana
mismo negocio en mi país con quien tenga que hacerlo para que se detenga completamente el
suministro de drogas a Estados Unidos durante 3 meses, y te creo un problema
de salud pública y de violencia callejera descontrolada a partir de los 45 millones de
adictos que son ciudadanos norteamericanos; y después, me encargo de que te
inunden el mercado con toda esa droga para crearte otro problema incontrolable de salud pública y de inseguridad interna permanente.
5. Si
pretendes cancelar nuestros beneficios en el TLC yo (México), mañana mismo cancelo de un plumazo todas las concesiones e
inversiones en petróleo, gas natural, distribución de hidrocarburos, minería,
energía, telefonía y todo lo que se me ocurra para que ninguna empresa
norteamericana, o filiales de ellas, tenga acceso a estas concesiones, y las otorgo a empresas europeas y asiáticas. Además de implementar medidas restictivas severas a tus instituciones financieras para que tengan que limitar la transferencia de sus utilidades a tu país, y a cambio las tengan que invertir en México si quieren seguir operando.
Después hay más, pero para
empezar, vamos a ver quién sería el bully en la negociación para enfrentar al
dictador en el primer round.
El problema es ¿quién lo va a
hacer?: ¿Videgaray?, tapete de Trump; ¿Guajardo?, comprobado incompetente; ¿Mead?
El milusos especialista de nada, ¿Peña Nieto? Que no hila una frase competa coherentemente, ¿o cualquier otro ínclito funcionario mexicano a quien la CIA le tiene un expediente con información que lo puede mantener en la cárcel por mil años?
De que hay una forma la hay y esta no es ponerse de tapete para que te pisen. Faltan
pantalones, cerebros e integridad moral, atributos que ninguno de estos
personajes del gobierno mexicano puede aportar en el encuentro.
Hoy el verdadero peligro para México no es Trump,
Hoy el verdadero peligro para México no es Trump,
es el gobierno de México