martes, 24 de enero de 2017

Para Enfrentar a Trump

“A un dictador no se le halaga, se le enfrenta”

Para negociar la relación comercial entre México y Estados Unidos

Salvo por extrañas excepciones, el gobierno de México tiene una larga historia de sumisión con los Estados Unidos por una razón de fondo; nuestra clase gobernante siempre está más ocupada en conseguir negocios personales o gremiales para sus bolsillos y los de sus amigos, que en el beneficio de los mexicanos y de sus instituciones.

El caso inminente de hoy no es una excepción; de hecho es mucho más riesgoso porque nos enfrentamos a un sujeto que tiene una inteligencia emocional y una preparación intelectual e informativa de un ignorante estudiante malcriado de primaria, que se medirá un equipo del gobierno encabezado por un grupo de ególatras también ignorantes con vocación de saqueadores sin consciencia de la realidad que vive el país.

El escenario no puede ser más desfavorable en función de sus participantes, pero no sería tan dramático si este gobierno mexicano, mediocre, débil, inconsciente y sin calidad moral entendiera que la posición negociadora de México presenta bastantes más ventajas de las que se piensa para acorralar al chivo en cristalería que ocupa la Casa Blanca (la de Washington).

Trump ha empezado a tomar medidas ridículas que más que dañar de golpe a  la débil economía mexicana que han malgestionado los ineptos funcionarios mexicanos, son estrategias de publicidad terrorista.

Sus primeras acciones han sido amenazar a las armadoras de autos y auto partes instaladas en México,  principal fuente de ingresos del país en productos manufactureros, con incrementos de aranceles que pueden revertir la conveniencia de su permanencia en este país, tratando de obligarlas a mudar sus operaciones a territorio americano. Aunque sólo una accedió este capricho (Ford) y otra está en el coqueteo (Chevrolet), todas las demás no lo tomaron en cuenta; sin embargo, la respuesta sólo de Ford tiró sustancialmente la cotización del peso en un día.

Ya comenzó su política, o motivación por llamarle de alguna forma, de rechazar productos perecederos en la frontera, como el aguacate Jalisciense.

Ya presumió, como auténtica bala perdida en las relaciones internacionales, que empieza de inmediato a construir el muro de la frontera, por demás medida inútil e infantil pero muy publicitaria.

Ya dijo que intensificará las deportaciones, aunque por ahora se concentrará en inmigrantes ilegales con antecedentes penales.

Pues bien, TLC o no, este es el momento de que alguien en el gobierno mexicano haya hecho su tarea y tenga los pantalones que se requieren para hablar fuerte y claro a la administración Trump, empezando por su yerno a quien va a mandar a “negociar” el TLC, para ENFRENTAR AL DICTADOR,  dejar de halagarlo y explicarle con manzanas las cosas  que su profunda ignorancia y ligereza no le permiten comprender al cerebro de un desarrollador inmobiliario tramposo como Trump.

Para empezar, se le dice al yerno que le comunique a su suegro lo siguiente:

1.       Si tu no cancelas tu estrategia de amenazas a las empresas instaladas en México con imponerles aranceles adicionales para que sus productos crucen tu frontera, yo (México) mañana mismo hago un trato de condonación de impuestos compensatorio con todas esas empresas a cambio de que incremente sustancialmente los sueldos y prestaciones laborales de los empleados mexicanos y les ofrezco las mejores condiciones tributarias para su expansión ilimitada dentro México. Además, cancelo todos mis contratos de compra de gasolina con los Estados Unidos (que representan el 62% de nuestro consumo interno), hundo en una crisis laboral profunda a tu economía petrolera de Texas y me voy a comprar a otra parte. Te cancelo también todas las ventas de petróleo y gas natural que hacemos a tu país para que tengas que comprar en otro lado pagando precios más altos de transporte.

2.       Si tu no cancelas tu estrategia de prohibir la entrada de productos mexicanos a tu país, yo (México), mañana mismo retiro los 46 billones de dólares que tengo invertidos de mis reservas internacionales en bonos de tu gobierno, los cambio a Yuanes, Francos Suizos o cacahuates garapiñados  y negocio con China y otros países “que te quieren mucho” para que hagan lo mismo, y a la larga termines con un dólar que valga, si te va bien, la mitad de su cotización actual en el mercado internacional,

3.       Si tú no cancelas la decisión inútil, impráctica y estúpida de construir un muro en la frontera yo (México), mañana mismo cancelo todas las restricciones que tengo para que cualquiera en el mundo consiga una Visa Mexicana y corras un enorme riesgo de recibir de este lado de la frontera a una cantidad indeterminada de sujetos indeseables que pueden terminar poniendo en serio riesgo tu seguridad nacional, a pesar del muro.

4.       Si tu continúas con tu política y tu publicidad de deportaciones indiscriminadas contra mexicanos yo (México), mañana mismo negocio en mi país con quien tenga que hacerlo para que se detenga completamente el suministro de drogas a Estados Unidos durante 3 meses, y te creo un problema de salud pública y de violencia callejera descontrolada a partir de los 45 millones de adictos que son ciudadanos norteamericanos; y después, me encargo de que te inunden el mercado con toda esa droga para crearte otro problema incontrolable de salud pública y de inseguridad interna permanente.

5.       Si pretendes cancelar nuestros beneficios en el TLC yo (México), mañana mismo  cancelo de un plumazo todas las concesiones e inversiones en petróleo, gas natural, distribución de hidrocarburos, minería, energía, telefonía y todo lo que se me ocurra para que ninguna empresa norteamericana, o filiales de ellas, tenga acceso a estas concesiones, y las otorgo a empresas europeas y asiáticas. Además de implementar medidas restictivas severas a tus instituciones financieras para que tengan que limitar la transferencia de sus utilidades a tu país, y a cambio las tengan que invertir en México si quieren seguir operando.

Después hay más, pero para empezar, vamos a ver quién sería el bully en la negociación para enfrentar al dictador en el primer round.

El problema es ¿quién lo va a hacer?: ¿Videgaray?, tapete de Trump; ¿Guajardo?, comprobado incompetente; ¿Mead? El milusos especialista de nada, ¿Peña Nieto? Que no hila una frase competa coherentemente, ¿o cualquier otro ínclito funcionario mexicano a quien la CIA le tiene un expediente con información que lo puede mantener en la cárcel por mil años?

De que hay una forma la hay y esta no es ponerse de tapete para que te pisen. Faltan pantalones, cerebros e integridad moral, atributos que ninguno de estos personajes del gobierno mexicano puede aportar en el encuentro.


Hoy el verdadero peligro para México no es Trump, 
es el gobierno de México